Las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo compartido representan una de las soluciones más sostenibles y económicas para edificios residenciales. Sin embargo, para garantizar su éxito, es fundamental contar con una gestión basada en datos que permita evaluar su rendimiento, eficiencia y eficacia. Los indicadores clave de rendimiento (KPIs) desempeñan un papel crucial para optimizar estas instalaciones, maximizando su producción, minimizando pérdidas y asegurando un retorno de inversión a largo plazo.
En este artículo, exploraremos los indicadores más relevantes que deben monitorearse en instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo compartido. Estos datos no solo ayudan a las empresas instaladoras y de mantenimiento, sino que también garantizan a las comunidades de propietarios el máximo aprovechamiento de su inversión, asegurando el éxito de sus sistemas renovables.
Rendimiento energético: Es uno de los indicadores más importantes para evaluar la eficiencia de una instalación fotovoltaica. Mide la relación entre la energía realmente generada y la energía que debería generarse en condiciones ideales.
Este indicador permite identificar pérdidas en la instalación debido a factores como suciedad en los paneles, sombreado, fallos en los inversores o altas temperaturas. Un PR cercano al 100% indica una instalación altamente eficiente, mientras que valores significativamente inferiores señalan la necesidad de revisar y optimizar el sistema.
Comparación entre generación y demanda: En instalaciones de autoconsumo compartido, es fundamental analizar la relación entre la energía generada y la demanda de los usuarios.
Este indicador ayuda a entender si la instalación está dimensionada correctamente para satisfacer las necesidades energéticas de los residentes. Una generación insuficiente puede implicar dependencia de la red eléctrica, mientras que un excedente no gestionado podría desperdiciar energía.
En caso de desequilibrio, se pueden ajustar los hábitos de consumo (por ejemplo, programar el uso de electrodomésticos en horas de mayor producción) o considerar la incorporación de sistemas de almacenamiento energético.
Comparación entre el cálculo del proyecto y la realidad
Al diseñar una instalación fotovoltaica, los proyectistas realizan estimaciones sobre la producción anual, considerando factores como radiación solar, inclinación de los paneles y orientación. Sin embargo, la producción real puede diferir de estas proyecciones.
Este indicador permite evaluar si la instalación está cumpliendo con las expectativas del diseño inicial. Diferencias significativas pueden deberse a errores en el diseño, instalación deficiente o condiciones climáticas inesperadas.
Identificar estas discrepancias ayuda a mejorar futuros diseños y a ajustar la operación de las instalaciones existentes.
Previsión de generación y demanda: La previsión de generación y demanda energética es esencial para optimizar el uso de la energía generada y garantizar el máximo ahorro para los usuarios.
Estas previsiones permiten anticipar ajustes en la operación de la instalación, como el uso de excedentes, cambios en los hábitos de consumo o ajustes en los sistemas de almacenamiento. Herramientas basadas en Big Data, como Power BI, pueden analizar patrones históricos y climáticos para generar modelos predictivos de gran precisión.
Tasa de autoconsumo: La tasa de autoconsumo mide qué porcentaje de la energía generada por la instalación es utilizada directamente por los usuarios.
Una alta tasa de autoconsumo reduce la dependencia de la red eléctrica, maximizando el ahorro económico de los usuarios. Si este valor es bajo, es posible que haya oportunidades de optimización, como ajustar los hábitos de consumo o instalar baterías para almacenamiento.
Eficiencia operativa de los inversores: Los inversores son componentes críticos en una instalación fotovoltaica, ya que convierten la energía generada por los paneles (corriente continua) en energía utilizable (corriente alterna). La eficiencia de estos dispositivos tiene un impacto directo en el rendimiento general.
Una caída en la eficiencia del inversor puede ser indicativa de fallos técnicos o envejecimiento del equipo, lo que requiere mantenimiento o sustitución.
Energía excedente vertida a la red: En instalaciones de autoconsumo compartido, es común que haya momentos en los que se genere más energía de la que se consume.
Este indicador permite evaluar si la instalación está aprovechando eficientemente la energía generada. Una alta proporción de excedentes puede justificar la implementación de sistemas de almacenamiento o la revisión del reparto energético.
Índice de mantenimiento predictivo: El mantenimiento predictivo asegura que la instalación funcione de manera óptima a lo largo de su vida útil.
Este indicador refleja la efectividad del plan de mantenimiento. Cuanto mayor sea el porcentaje de fallos prevenidos, menor será el coste de las reparaciones correctivas y mayor será la disponibilidad de la instalación.
Impacto económico en el activo residencial: Más allá de los indicadores técnicos, es importante medir el impacto económico de la instalación en el valor del edificio.
Este indicador es particularmente útil para demostrar a las comunidades de propietarios cómo la instalación no solo reduce costes energéticos, sino que también aumenta el valor del activo residencial.